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sábado, 9 de marzo de 2019

Valerian and the city of a thousand planets

Película de 2017 dirigida por el querido Luc Besson, basada en el comic francés Valerian and Laureline creado por Pierre Christin y Jean-Claude Mézières. Esta adaptación tiene un gran peso para el director ya que hacía años que quería realizarla, incluso The fifth element (1997), también de Besson, es similar a este mundo muy en el futuro que se plasma en esta aventura de Ciencia Ficción.

La historia nos lleva al siglo XXVIII donde seguiremos toda la película a la pareja protagonista Valerian y Laureline interpretados por Dane DeHaan y Cara Delevingne, ninguno de los dos especialmente malos actores pero que por alguna extraña razón no hacen mucho esfuerzo en sus papeles. Convengamos que DeHaan tiene un rostro quizá demasiado perverso como para interpretar un héroe, o sea, la cara no lo ayuda, pero además hay ciertos aspectos en el guión que descolocan un poco de la historia en general y hacen más notoria la poca voluntad de los actores con la película.

Como les decía, la película está ambientada muy en el futuro, ese futuro por veces inverosímil o exagerado en tecnología donde cualquiera puede sacar de su bolsillo virtual un bati-repelente de tiburones y son innumerables las razas alienígenas que conviven en una mezcla de culturas que hacen interesantísima la película. Sin duda esto y el imponente apartado visual son el fuerte de la cinta.

La peli comienza con una excelente puesta a punto de la conquista y exploración del espacio, el regocijo de las diferentes etnias humanas salvando sus diferencias y los primeros contactos con razas alienígenas. Esta intro sin dudas subió mis expectativas a lo que vendría. Expectativas que fueron bajadas en las siguientes escenas.


Luego de esto nos presentan una raza en particular, que no está mal, es interesante, pero quizá pasamos muchos minutos con estos seres y su extrema alegría de vivir. Entiendo que pretenden mostrar una raza sin mayores problemas y sin entrometerse con nadie, sumamente civilizados, educados y corteses, pero los minutos pasan y no pasa nada, y ya los tipos parecen drogados, sobre todo una femenina que debemos encariñarnos a como de lugar en esta escena. Pero bueno, esta raza jugará un papel importante en el resto de la película y será misión de la pareja protagonista salvar a estos felices alienígenas blancos. Porque son blancos medio transparente, y son "aborígenes", y tienen un contacto especial con la madre tierra de su planeta, y hasta tienen brillitos... si le hace acordar a otros seres también amantes de las sustancias pero azules (no hablo de los pitufos) no se preocupe que aquel imitó a este y esa similitud fue una de las razones por las que Luc Besson no hizo antes esta película.

Cuando finalmente salimos del planeta de los blanquitos, nos presentan a los héroes, y nos los presentan mal para mi gusto, en un jugueteo que los hace parecer pareja aunque no lo son, ella lo rechaza porque él es un casanova pero son amigos y se toman muy en serio su seguridad y se cuidan las espaldas uno al otro y por alguna extraña razón el guión nos quiere meter a la fuerza una historia de amor que no hay, que es totalmente ridícula y que es de la boca para afuera porque en ningún momento sentimos que los personajes se atraen el uno al otro. Una pareja sin química que por el bien del guión deben tener un idilio. Y es aquí cuando la película empieza a caer, más bien cae la historia lateral porque por suerte la peli tiene otros atributos que lo tienen a uno totalmente enganchado las dos horas que dura.


La pareja, que son agentes federales del espacio, deberá cumplir una misión común para un general, o comandante o un alto rango de esos interpretado por Clive Owen. Todo es ultra secreto hasta que los protagonistas empiezan a saber detalles que unirán la historia de los blanquitos con su presente. Unos son buenos, otros son malos, adivine cuál es cuál. Sí, es así de simple y predecible la película.

A todo esto, no sólo la historia de amor está traída de los pelos, hay varios detalles en la cinta que no nos interesan en lo más mínimo e incluso hay un baile en el medio. En un momento importante, hay que rescatar a alguien y se ponen a bailar... así de desconcertante es la película de a ratos.

El problema es que ese baile tiene un por qué, solamente que no se nos explicó bien. Sin hacer spoiler, Valerian tiene que entrar en un lugar, y necesita a un tipo específico de alienígena con una cualidad específica, y ese alien es quien baila. El problema es que cuando nos dicen "Valerian si quieres entrar ahí necesitas un jjdfygyjldssdhdggswtfsgvsns", en ningún momento vamos a interpretar que eso es ese alien. Podrían haber suplantado el nombre de la raza con esa cualidad específica que nuestro héroe busca. Pero bueno, al final del baile uno cae el por qué de esa escena, el tema que a esa altura nuestra mente ya está en cualquier otro sitio. La escena parece como traída de los pelos para meter dos actores conocidos en la misma, o un actor y una cantante más bien. El problema es que nosotros instantáneamente pensamos "eeeh, Valerian, no tendrías que estar haciendo algo para entrar a ese lugar y rescatar a alguien en este momento?". No sólo esto, si no que seguidamente pasamos tiempo con la alienígena bailarina y el guión nos escupe violentamente en la cara una historia lateral de ese personaje, y nos vuelve a escupir endemoniadamente que debemos quererle y nos debe importar el destino de esta criatura bailante... nada de eso se logra por lo que lo siento pero lo que quiera o le pase o las circunstancias de esa forma de vida que baila me importan bien poco.

Fuera de estos serios problemas, actuaciones planas, momentos en que la historia cae y cae, la película tiene su punto fuerte. La historia grande, la general, la de salvar a los blanquitos, esa no está nada mal. Sí, se endrogan pero no le hacen mal a nadie. Esa parte del guión está bien, el por qué pasó lo que pasó al principio y qué soluciones tenemos. Por otro lado, la parte visual es increíble y merece un párrafo aparte.

Visualmente la película no tiene defecto ni tiene un igual, simplemente es deslumbrante con una calidad imponente. Además el filme tiene una escenografía y un diseño de las distintas criaturas que asombran hasta al más anti-futuro-muy-lejano-con-tecnología-inverosímil. Solamente por esto, la película es digna de ver.

Concluyendo, la cinta de Luc Besson tiene corazón, se nota que el director quería hacerla, se notan los temas que quiere trabajar, se nota que no escatimó en nada visualmente, quizá no logró todo lo que quería al tener esos problemas en el guión y en las actuaciones algo flojas, pero lo cierto también es que uno instantáneamente compara con The fifth element ya que hay muchos puntos en común y se comparten varios mensajes de aquella película, el tema es que en aquella están mejor planteados. Pero bueno, no me arrepiento de haber visto esta Valerian, me entretuvo, me divirtió y sobre todo, me asombró. Salud por Luc y salud por los tres extraterrestres patos que son lo mejor de toda la película.

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