Dos amigos de toda la vida interpretados por Colin Farrell y Brendan Gleeson ven sus monótanas vidas cambiadas cuando el último decida abruptamente terminar con esa amistad. Este es el punto de partida de la película que lo llevará por diversas emociones y problemas de esta pequeña comunidad en un guión buenísimo que por supuesto esconde más de lo que parece y hará que usted vaya aumentando tensiones y sintiéndose incómodo con lo que va a venir.
La historia muestra entonces cómo un pequeño detalle puede afectar a no sólo los protagonistas, sino a todo su entorno haciendo un impecable paralelismo con situaciones y enfermedades como la depresión, algo tan común y que tan poco se habla. Cada uno de los personajes tendrá su problema personal que irá sumando a la historia que, como dije, va más allá de dos amigos que discuten. El guión del propio McDonagh toma este hecho totalmente mundano e identificable para desenrredar aspectos de la condición humana también identificables pero mucho más importantes.
Las actuaciones por supuesto son estupendas y no sólo los dos protagonistas. Cada personaje tiene su encanto y reflejan de manera muy acertada lo que hace a estas pequeñas comunidades y su día a día. Si bien la película tiene toques de humor, es principalmente un drama crudo y realista con una gran cuota de mensajes y paralelismos.
Por su parte la fotografía de Ben Davis es digna de asombro con no sólo el aprovechamiento de los hermosos paisajes de la campiña irlandesa sino que marcando y mostrando el detalle y la composición que la historia requiera en el momento. Acompaña una genial banda sonora a cargo de Carter Burwell con quien el director ya trabajó en el pasado.Realmente no hay mucho que se pueda decir de esta película sin dar spoiler o arruinar la experiencia. Si le gusta el director, o le gusta la época o le gustan las historias interesantes que inviten a la reflexión, esta película es sin duda una magnífica opción. Totalmente recomendable. Salud!