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sábado, 27 de febrero de 2021

Pontypool

Muy buena y original película de suspenso y terror independiente canadiense de 2009 que basa su argumento y entereza en un guión de Tony Burgess basado en su propia novela de 1995 titulada Pontypool Changes Everything en la que la palabra juega un papel fundamental en la narrativa y en poner directamente en la piel de los protagonistas al espectador.

Hacía años quería ver esta película a la que conocí gracias a estar incluida en una de esas listas que uno se topa de "10 películas que..." Finalmente encontré el hueco y luego de ver lo buena que es, sin duda debería haberlo hacho antes.

Dirigida por Bruce McDonald, con Stephen McHattie, Lisa Houle y Georgina Reilly, Pontypool nos presenta un tranquilo poblado de Ontario (Canadá) donde no mucho pasa, un programa radial en la madrugada que se extiende por toda la mañana donde la cultura, política, creencias, la vecindad y la micro-sociedad de ese pueblo se ve reflejada y al cual el protagonista, un locutor famoso por su irreverencia, ha llegado por altibajos en su carrera.

A nuestro protagonista, lo acompañan por la mayor parte de la película su productora, su técnica de sonido (que, pequeño apunte, a los hechos es mucho más productora que la propia productora) y un esporádico contacto con un móvil en vivo desde algún punto del pueblo. La emisora en sí se encuentra alejada del poblado y no hay más empleados por lo que los protagonistas no pueden dejar el lugar, lo que va a jugar un papel importante más tarde.

En este panorama, con varias asperezas entre el locutor y su productora, y con varios detalles muy cotidianos comienzan a llegar reportes de hechos realmente extraños y shockeantes los cuales van aumentando en su periodicidad y violencia hasta llegar a proporciones difíciles de calcular.

Lo brillante de esta película, y por supuesto de su guión, es que casi el 90% de lo que pasa nos es relatado, tanto directamente como parte del programa radial, como en teorías y conclusiones que los protagonistas llegan sin saber qué es lo que realmente está pasando fuera de la emisora. El suspenso y la tensión está brillantemente trabajado y el espectador no tendrá idea de qué pasa al igual que nuestros protagonistas.

Los tres personajes principales no pueden dejar el lugar, algunos de los sucesos carecen de credibilidad, cada nuevo acontecimiento arroja más intriga y genera más preguntas, incluso los contactos con el exterior comienzan a ser más y más descabellados y la tensión crece y crece. El qué hacer o decir frente a lo que pasa fuera suma a lo que pasa dentro de la emisora y en todo momento, el brillante guión nos tiene en el borde de nuestro asiento con toda la atención a la película.

A su vez, hay varias escenas que nuestra imaginación agregará el condimento a gusto para relatos escalofriantes. En este sentido, la película consigue un plus que destaca inmensamente. Agregamos actuaciones muy buenas y efectos de sonido impecables. 

Por si fuera poco, aunque este detalle ya sea un poco a título personal, hay un tratamiento bastante acertado de lo que es el detrás de las bambalinas en un programa de radio. Esa tensión, presión, apuro y disfrute propio de la radio y de la producción de contenido está muy bien representada y le pone otra pizca de sazón a la película.

Si usted quiere ver una película de suspenso con toques de terror, muy original y en la que usted no sólo estará inmerso sino que además será partícipe en la construcción de los sucesos, no dude en darle a Pontypool la oportunidad. No se va a arrepentir. Salud!